REVISTA CENTRAL DE SOCIOLOGÍA, Nº 17, 2023. ISSN 0718-4379 ed. impresa, ISSN 2735-7058 ed. en línea.

 

El papel del fútbol en la independencia de Argelia (1954-1962)

The role of football in the independence of Algeria (1954-1962)

Fecha de recepción: 22 de julio de 2023 / Fecha de aprobación: 18 octubre de 2023

Lorenzo Abbona Castagno1,2

Resumen

El artículo busca indagar acerca del papel del fútbol en la independencia argelina (1954-1962), a partir de los conceptos identidad política y memoria. La metodología principal será el análisis de testimonios de actores claves y fuentes escritas como el diario El Moudjahid y Le Monde. Tras la independencia, el fútbol terminará enlazado a la propia identidad nacional argelina, llegando a existir reminiscencias incluso hoy en día. Se eligieron cuatro de estos episodios para analizar: Francia vs. Argelia (1975), Alemania Oriental vs. Argelia (1982), Francia vs. Argelia (2001) y los festejos por la obtención de la Copa África (2019).

Pero antes, el deporte habría sido un vehículo para difundir la causa argelina entre los países afines al Frente de Liberación Nacional (FLN). Al mismo tiempo, la FIFA tendría un rol clave en el campo de acción del seleccionado debido a que lo limitó eficazmente.

Palabras clave: Argelia, independencia, fútbol, FLN, FIFA

 

Abstract

The article seeks to investigate the role of football in Algerian independence (1954-1962). The main methodology will be the analysis of testimonies of key actors and written sources such as the newspaper El Moudjahid and Le Monde, among others.

Sport would have been a vehicle to spread the Algerian cause among countries related to the National Liberation Front (NLF). At the same time, FIFA will have a key role in the field of action of the selected because it will limit it effectively.

After independence, football will end up linked to the Algerian national identity, with reminiscences even today. Four of these episodes were chosen to analyze: France vs Algeria (1975), East Germany vs Algeria (1982), France vs Algeria (2001) and the celebrations for obtaining the Africa Cup (2019).

Keywords: Algeria, Independence, Football, FLN, FIFA

 

Introducción

A lo largo del último mundial de fútbol masculino mayor, Qatar 2022, el público pudo presenciar, anonadado, las victorias de selecciones tradicionalmente “menores” o “débiles” frente a otras de mayor renombre3. Al mismo tiempo, las continuas denuncias internacionales respecto del estado de los derechos humanos y la libertad de expresión en el país, suscitaron la polémica. Periodistas y organizaciones internacionales apuntaron contra la FIFA (en francés, Fédération Internationale de Football Association) calificándola de corrupta. Qatar 2022 es también el mundial de la polémica internacional.

Inspirado en esto, este artículo se centra en el seleccionado del Frente de Liberación Nacional argelino, que tuvo que relegarse a jugar contra selecciones tradicionalmente “menores” para poder competir sin molestar a la FIFA y que con poco logró mucho para el avance de la independencia de su país. Pero antes, repasemos un poco el contexto.

El 10 de febrero de 1943, en Argel, se dio a conocer el Manifiesto del Pueblo Argelino. Este documento sintetizaba las ideas que tenían ciertas personalidades nacionalistas sobre la causa nacionalista, aún en pañales, liderada por Ferhat Abbas. Condenaba la colonización, velaba por una constitución argelina propia y destacaba una y otra vez la noción de libertad: pues si Francia tenía una poderosa tradición de libertad (desde 1789), ¿por qué no también Argelia, heredera de la cultura occidental de su colonizadora?

Las tensiones sociales siempre habían estado a la orden del día en el país.

Según Ageron y Brett (1991), durante la Segunda Guerra Mundial, Argelia sufrió económicamente por sus malas cosechas. Su débil industria no consiguió proveer de fertilizante o manufacturar bienes y ropa a buen ritmo y de buena calidad. Además, había tumultos en el vecino Marruecos y existía la creencia de que, en la reunión de las nuevas Naciones Unidas, se iba a proclamar la independencia argelina: sólo hacía falta una chispa.

La chispa fue la deportación de Messali, otro de los líderes nacionalistas más importantes, que provocó tumultuosas manifestaciones en Sétif y Guelma, el 1.º de mayo de 1945, durante la celebración del Día del Trabajador. Según McDougall (2017) los militantes nacionalistas marcharon pacíficamente con consignas por la unidad antifascista y por la independencia. En Argel, la policía reprimió con balas de plomo y los disturbios crecieron aceleradamente. Hubo asesinatos de europeos por parte de musulmanes y, en respuesta, el gobierno francés llevó a cabo una gran masacre que se cobró la vida de unos 40.000 argelinos.

Los franceses habían cerrado la vía reformista a los políticos nacionalistas argelinos. Lo que provocó una declaración de Ferhat Abbas en 1953: “There is no other solution but the machine-gun” (Ageron y Brett, 1991, p. 106).

El 1.º de noviembre de 1954 distintos ataques terroristas dieron comienzo a la insurrección propiamente dicha, mientras en El Cairo se creaba el Frente de Liberación Nacional (FLN). Para Mahfoud Amara e Ian Henry (2004) la lógica colonial francesa de opresión se basaba en la negación del derecho a existir de Argelia y en su distinción cultural de la sociedad colonial francesa. Era la revolución armada bajo un partido nacional y único (el FLN) la única manera de lograr la independencia.

¿Qué sucedió para que la situación llegara hasta ese punto?

Se podría responder a esa pregunta recordando que el dominio colonial francés empieza oficialmente en 1830 y para 1954 ya llevaba ciento veinticuatro largos años de existencia. Sin embargo, trayendo las contribuciones de Ageron y Brett (1991) se sabe que entre 1930 y 1954 hubo fuertes cambios socioeconómicos en Argelia que llevaron a la pauperización de la población local musulmana. Tras dos décadas de desarrollo del nacionalismo, la solución que encontró la incipiente élite argelina fue la finalización del vínculo colonial con la metrópoli. Para los historiadores esa élite nacional argelina se aunó en torno a los ulemas, de importancia trascendental, y Messali Hadj un importante político argelino de la época.

Con su carácter islámico y árabe, este nuevo nacionalismo argelino fue al mismo tiempo parte de un renacimiento árabe mucho más amplio, directamente vinculado al movimiento internacional árabe-islámico y en pleno acuerdo con las resoluciones del Primer Congreso de Jerusalén en diciembre de 1931. Entre 1933 y 1936 los ulemas se granjearon la influencia sobre la opinión popular musulmana, sobre todo a partir de la construcción de escuelas primarias y madrazas para enseñar materias modernas en árabe. Éstas a veces fueron toleradas y a veces cerradas por la administración francesa.

Volviendo al problema socioeconómico, sus causas eran previas a los problemas que aparecieron con la Segunda Guerra Mundial, que se limitaban a cuatro (Ageron y Brett, 1991). La primera causa fue el masivo crecimiento poblacional musulmán en contraposición con la lentitud del crecimiento europeo, lo que llevó a que, para 1954, había alrededor de 8.450.000 musulmanes y 945.000 argelinos franceses, es decir, hijos de franceses que habían llegado del país galo, que habitaban en barrios para europeos con más comodidades que la población general. Sobre esto último, hubo una retracción del asentamiento europeo seguida de un constante avance árabe sobre el campo y las pequeñas ciudades del interior. La tercera causa fue la urbanización, que aumentó entre la población musulmana. Por último, la brecha entre los dos sectores de la economía argelina se ensanchó: el moderno sector europeo tenía mejores condiciones comparativas que el tradicional sector musulmán,

Para 1954 estos problemas llevaron a la escasez de inversión, el monopolio de la tierra se concentró en una minoría, no había ningún tipo de mercado interno o política económica de futuro y el crecimiento poblacional musulmán profundizó la crisis al continuar bajando los estándares de vida. La crisis se vio acelerada durante la Segunda Guerra Mundial con el relativo abandono del país por la Francia de Vichy. De hecho, para paliar este problema, ingleses y americanos desembarcaron en el territorio con fuerzas armadas y diplomáticas. El encuentro con el poder militar estadounidense y sus diplomáticos llevó a Ferhat Abbas a desarrollar un concepto federal de las relaciones franco-argelinas. Pero pronto estas ideas se vieron truncadas por el rechazo de las autoridades francesas. De allí la línea del Manifiesto del Pueblo Argelino: “Argelia se encuentra desde el 8 de noviembre último bajo ocupación de las fuerzas anglo-americanas.” (Observatorio de Conflictos, s/fed/).

Podría decirse que en este caldo de cultivo empieza a idearse la independencia argelina. Este trabajo, aun reconociendo la importancia de las ametralladoras, busca centrarse en el papel del fútbol dentro de la independencia. Pues pocos años después del inicio de ésta, en 1958, el FLN convocó a jugadores argelinos, entre ellos las estrellas que militaban en el fútbol francés profesional como Rachid Mekloufi, y organizó un equipo que recorrería el mundo.

Esta convocatoria se materializó en el escape de nueve futbolistas argelinos, que causó un gran revuelo en la opinión pública francesa. Para Bernard Pivot, periodista y crítico literario francés, la partida de Mekhloufi es la más espectacular porque es el más famoso. Además, se convirtió en un desertor, debido a que formaba parte del Batallón Joinville. Pero para empeorar más la situación, el jugador había sido elegido para ir al mundial de Suecia 58’ con el seleccionado francés, en el que Francia se perfilaba como favorita. (DEPORTV, 2020, 06:09s).

La hipótesis de esta investigación es que los partidos disputados por el FLN habrían funcionado como una manera de dar a conocer la causa argelina y posicionarse en el plano internacional en el marco del deporte regulado por la FIFA4; pero también como una forma de dar identidad política a la independencia a través del fútbol. Esta experiencia, en palabras de Amara (2019), luego sería construida como una memoria estatal que se evidencia en distintos momentos, tales como: el partido por la final de los Juegos Mediterráneos 1975 entre Francia y Argelia y la victoria en fase de grupos en el marco del Mundial de 1982 contra Alemania Oriental. Estos dos episodios son analizados por Amara, y siguiendo sus planteos es posible enlazar a esa memoria estatal el partido por la reconciliación entre Francia y Argelia en 2001 y la victoria argelina en la Copa África de 2019.

En otro orden de las cosas, se buscará analizar el rol del seleccionado del FLN para la independencia, el papel que tomó la FIFA como un ente mundial eficaz en sus decisiones que se relacionan, en ocasiones como esta, con el ámbito geopolítico más que deportivo y, por último, el impacto en la identidad política argelina tras la independencia.

 

Marco Conceptual

Mahfoud Amara es un prolífico investigador sobre el desarrollo del deporte en contextos árabes y musulmanes. Además, trabaja su relación con la cultura y la política, por lo que no podemos dejar de referir a sus trabajos sobre Argelia.

En Moments and memories: football and state narratives in Algeria (2019), y junto con Youcef Bouandel, reflexiona sobre el concepto de memoria de la nación como algo selectivo, que sólo ilumina ciertas narrativas con arreglo a los intereses del Estado. Ahí el fútbol, entendido como el deporte más popular de Argelia, se ha utilizado con frecuencia como vehículo de la ideología estatal y fuente de la legitimidad al régimen”. (Amara y Bouandel, 2019).

En otro artículo, que co-escribió con Ian Henry (2004), los autores destacan la importancia del fútbol en Argelia como vehículo cultural y político. Aquí es interesante cómo se retoma lo que ocurre antes del estallido de la revolución, erigiéndose el fútbol como medio de resistencia a la hegemonía occidental. También, es destacable otra idea: el fútbol como clave para la legitimidad del FLN y en la representación internacional.

Amara no es el único que advierte un vínculo entre el fútbol y la identidad. Es interesante la propuesta de Fontanarrosa (2011), quien plantea que “en el fútbol se encuentra una dimensión de lo simbólico, muy importante para la sociedad, y lo que permite su articulación con lo político. Pero también, es un lugar adecuado para el desarrollo eficaz de la construcción de identidades.” (p. 18). Esta noción del fútbol como el lugar indicado para la construcción de identidades es clave para pensar el accionar del FLN con respecto al armado de una selección nacional.

Geoff Hare (2003) propone que cuando el fútbol alcanza popularidad nacional puede contribuir significativamente a la formación de estas narrativas de identidad nacional colectiva, y si bien el autor se centra en la selección francesa, también recupera la idea de Camerún como un país únicamente conocido por las hazañas de Roger Milla en la Copa del Mundo de 1990, o sea, la idea de un jugador como símbolo de todo un país atravesará algunas partes de este trabajo, aunque no con Roger Milla, sino con el mencionado Rachid Mekhloufi. Además, analiza el partido por la “reconciliación” entre Francia y Argelia, disputado en 2001.

Villena Fiengo (2003) aporta que, mientras la difusión del fútbol es previa a la actual ola globalizadora, ésta siempre “ha estado hasta ahora estrechamente relacionada con otro fenómeno coetáneo: la difusión y exaltación de la forma moderna de comunidad política, esto es, la constitución de los estados-nación.” (p. 258). También destaca el lugar del deporte en la geopolítica de las naciones porque podría significar (y en ocasiones ha significado) una “forma de guerra ritual” entre ellas (Ibid).

El autor nos aporta una mirada más, clave para este trabajo:

Así, en la era de la modernidad temprana y pese a tratarse de un producto cultural inicialmente “importado”, el fútbol fue apropiado como tradición y convertido en un elemento útil para estimular la integración simbólica tan necesaria para la conformación de las identidades que están en la base de esas comunidades imaginadas que son las naciones. (p. 259).

Pierre Lanfranchi (1994) va a poner de relieve que la pasión de los argelinos por el fútbol sólo aparece como una de las consecuencias de la movilización política, pues éste es herencia del colonizador y será legítimo en tanto y en cuanto resulte eficaz como resistencia a la cultura invasora.

Los aportes de dos autores servirán al análisis sobre la FIFA. En primer lugar, podemos retomar a García (2022) quien compara el organismo con la ONU y concluye que:

“A pesar de la similitud en su funcionamiento y organización, sus medidas punitivas no generan el mismo impacto con sus asociados y miembros, es por ello que la FIFA se ganó su lugar en un sistema de gobernanza global fallido, siendo una organización con una gobernanza más eficaz.” (p. 4).

Tuninetti (2021), por otro lado, propone observar a la FIFA como un organismo transnacional. La FIFA como monopolio de la organización del fútbol, principalmente a partir de la coordinación del Mundial de selecciones masculinas mayores, se erige como un actor no estatal con un lugar de peso en el sistema internacional.

 

Metodología

Se analizaron fuentes periodísticas tales como El Moudjahid5, el periódico del FLN y una entrevista de Le Monde a Rachid Mekhloufi, además, se revisaron las posturas de la FIFA sobre cuestiones como Derechos Humanos y aportes del fútbol a la sociedad y las resoluciones tomadas en la época de la independencia argelina por el organismo, se observaron las ideas que planteó Ferhat Abbas en el Manifiesto del Pueblo Argelino, los testimonios de Rachid Mekhloufi, la información que aporta Michel Nait Challal, el documento audiovisual sobre la selección argelina accesible en la página de la FIFA, titulado “El ascenso de Argelia” en el marco del ciclo Red de Creadores FIFA. Estas fuentes se respaldarán en la bibliografía.

 

Resultados

Las tensiones sociales existentes antes de la revolución pueden observarse en dos relatos de Rachid Mekhloufi. En primer lugar, en una entrevista del ciclo “Rebeldes del Fútbol”, retransmitida por el canal Deportv, ahí contó que: “Todo argelino, por más feliz que fuera en Argelia o en Francia, debía pensar que en Argelia el argelino nunca era considerado como un francés.” (DEPORTV, 2020, 09m28s).

En otra ocasión, el ex-jugador y ex-técnico argelino, dio una nota para Le Monde en la que comentó que:

En Algérie, les rapports entre Algériens et Français étaient assez tendus. Les gens se fréquentaient assez peu. En tout cas à Sétif, ma ville natale. C’était peut-être différent à Alger. Je me souviens qu’à Sétif, rue de Constantine, le soir au moment de la promenade, il y avait un trottoir pour les Algériens et un pour les Français. Les deux communautés s’évitaient (Billebault, 2016)6.

Esas tensiones terminaron estallando. Podemos apoyarnos otra vez en Mekhloufi quien recuerda un pedazo tenebroso de su pasado: “Nací en Sétif y vi cosas terribles, especialmente durante la masacre de mayo de 1945.” (Ibid). En todas estas memorias, el exjugador es un espectador del conflicto. Pero, ¿por qué pasa a ser un personaje partícipe de la disputa? ¿En qué momento el fútbol se vuelve importante para el FLN?

Según Mekhloufi, la idea fue de Mohamed Boumezrag7 y tenía el objetivo de promover la causa de la independencia de Argelia. (Ibid). Paul Dietschy (2006) argumentó que el fútbol empezó a tener relevancia mucho antes de formar el equipo nacional, cuando el FLN atacó dos estadios en Argel en 1957. Para Mahfoud Amara (2004), los franceses también entendían la relevancia del deporte en el marco de la contienda ya que utilizaron el estadio como una herramienta de opresión en un esfuerzo por destruir el apoyo de Argelia a la revolución. Además, destacó la masacre de inocentes en 1955 en Skikda8 y la transformación de un estadio en París en un campamento de trabajadores argelinos detenidos en 1961.

Distintas fuentes y autores nos dan pistas claras del objetivo del FLN con la conformación del equipo: querían embajadores de la causa. Este detalle es importante porque diferencia el significado político del equipo de otros, como la selección de Costa de Marfil que, con la capitanía de Didier Drogba, ayudó a terminar con la guerra civil en su país, y lo acerca más al accionar de la Selección de Fútbol de Cataluña durante la dictadura de Franco; esto porque el equipo del FLN no disputó partidos en su país ni mantuvo una relación estrecha con su gente, sino que se convirtió en una suerte de diplomático con botines en vez de zapatos finos.

El FLN tenía un programa claro en contra del sistema colonial y del reformismo (Ageron y Brett, 1991). Una de sus primeras acciones fue poner la cuestión de Argelia en el plano internacional. En este sentido entra el accionar de Rachid Mekhloufi y sus compatriotas. Para el diario el Moudjahid, la misión del equipo “es abogar por la causa argelina en todo el mundo, a través del fútbol. En efecto, desde 1958 hasta la independencia, fueron los dignos embajadores de la Revolución.” También se agrega una frase de Ferhat Abbas, como presidente de la GPRA: “El equipo del FLN ha hecho avanzar la revolución argelina diez años.” (Maouche, 2022)

Pierre Lanfranchi (1994) coincide con el diario del FLN y agrega otro elemento más. Los jugadores, en tanto verdaderos embajadores de la causa argelina, actuarán en por lo menos catorce países, siendo algunos de ellos los que presagiarán el mapa político de las alianzas de la futura República de Argelia. Si bien para el pueblo argelino los partidos de la selección del FLN no parecen haber sido importantes, estos fueron clave para el reconocimiento internacional y las alianzas que buscaba Argelia mientras combatía por su independencia.

Sin embargo, por más que los jugadores no se acercaron a las ametralladoras, tampoco estuvieron exentos de conflictos. La FIFA puso grandes trabas, lo que condicionó enormemente los estadios en los que aterrizó el equipo. Los planteos de Amara y Henry (2004) resaltan la prohibición a todas las selecciones nacionales que jugasen contra el equipo argelino. Por ejemplo, en 1958, respondiendo a una demanda de la Federación Francesa de Fútbol, la Federación Marroquí de Fútbol fue simplemente excluida de la FIFA.

El relato de Mekhloufi aporta que no fueron reconocidos por el organismo y que las selecciones contra las que jugaban no tenían que tener el título de selección A, para no “molestar” a la FIFA:

Par exemple, nous n’avons jamais joué en Egypte, car le président de la fédération était vice-président de la FIFA et il ne voulait pas d’ennuis. Je me souviens également d’un déplacement en Pologne, où nous avons été très mal reçus. Un pays qui a des liens très étroits avec la France. Avant le match (4-4), les officiels polonais ne voulaient pas que l’hymne algérien (Kassaman) soit joué. Nous avons menacé de ne pas disputer la rencontre. Finalement, l’hymne a été joué et le drapeau algérien hissé (Billebault, 2016).9

Si resulta intrigante el por qué hubo resistencias a que sonara el himno argelino en Polonia, he aquí la reproducción de una de sus estrofas:

“Oh Francia, se acabó el tiempo de las palabras

Hemos acabado con ellas como cuando acabamos un libro

Oh Francia, ha llegado el día en que tienes que rendir cuentas

Prepárate, he aquí nuestra contestación

El veredicto, nuestra Revolución lo pronunciará

Porque hemos decidido que Argelia vivirá

Sean testigos”

(Embajada de Argelia en España, párr. 17)

 

Dos conclusiones surgen del testimonio de Mekhloufi; en primer lugar, la amenaza de no jugar el partido si no se escuchaba el himno, es un claro ejemplo del papel de embajadores que tenía el equipo. En segundo lugar, el himno pedía que “sean testigos” y algunos países no estaban convencidos de querer serlo, menos Francia, como veremos pronto.

Según Lanfranchi (1994), el accionar de la FIFA parece haber estado condicionado por el de Francia. Aparentemente, la federación francesa habría hecho la petición de excluir a la marroquí tras el partido con el FLN. Esta decisión sería anulada en mayo de 1959 y provocará una nueva denuncia de los órganos rectores del fútbol francés. La palabra de Lanfranchi se complementa con que, entre 1952 y 1961, todos los Congresos de la FIFA, al mando del británico Arthur Drewry, se celebraron en países europeos. Probablemente, esto no sea un dato menor debido a que, históricamente, el máximo organismo de fútbol internacional es controlado por europeos.

¿Cuánta importancia se le dio a Francia al asunto de la selección argelina? Para Pérez García (2006), en sus análisis de las publicaciones del diario Le Monde en el marco de la intervención francesa en el Sahara Occidental, destacando que los acontecimientos de Argelia preocupaban a la opinión pública francesa. En los epígrafes de las noticias: “se refería al problema argelino: ‘Les bons offices et la situation en Algérie’, ‘Les perspectives de négociations et la situation en Algérie’ o ‘La situation en Algérie et les préparatifs de la négociation’.” (p. 444).

Sin embargo, Michel Nait Challal (DEPORTV, 2020, 14m47s), en relación con el equipo del FLN, plantea que, aunque durante quince días hubo una inmensa cobertura mediática, con el diario L’Equipe y la revista París-Match cubrieron cada detalle, enseguida hubo un apagón informativo sobre el equipo: No se publicaba ningún resultado del equipo del FLN, desaparecieron de circulación durante cuatro años.

Si en algo coinciden Challal y Pérez García, es que los epígrafes de Le Monde tendían a esconder los ruidos de las ametralladoras y los “ríos de sangre” de los que habla el himno argelino. Dirá Nait Challal: “La tendencia en Francia, políticamente hablando, era decir: ‘Los argelinos son una banda de terroristas’. La palabra ‘guerra’ no se decía. La palabra ‘independencia’ tampoco.” Además, ambos coinciden en la preocupación de la opinión pública francesa. Según Challal (DEPORTV, 2020, 14m18s): “Ese gesto [la fuga de los jugadores argelinos] fue una bofetada para millones de franceses.”

Recuperando los aportes de Villena Fiengo, el fútbol es capaz de participar en la geopolítica internacional como “forma de guerra ritual” (2003, p. 258). En este sentido, Argelia no fue la excepción. Mahfoud Amara (2004) plantea que el partido por la final de los Juegos Mediterráneos, que enfrentó a Francia con Argelia en 1975, fue una oportunidad para los argelinos de “vengarse” de su antiguo colonizador, al menos simbólicamente en el campo de fútbol.”

A esto agrega:

The stage was set for a confrontation in which politics was heavily present and something more than the gold medal was at stake. It was an opportunity to confirm, if confirmation was ever needed, Algeria’s independence from France. (2004, p. 4)10.

Si la memoria de una nación es selectiva, dirá Amara, la memoria argelina oficial está signada por el vínculo de explotación colonial con Francia. Para el autor, el fútbol fue un soporte de la legitimidad de la revolución argelina. Ésta y la liberación del vínculo con Francia serían características claves de la identidad nacional argelina.

El partido parece haber sido un ida y vuelta de lo más entretenido, que los espectadores sufrieron y disfrutaron, incluido el propio presidente de Argelia. La revancha contra el colonizador estaba bien presente a pesar de que habían pasado casi trece años del fin de la guerra de independencia. El diario el Moudjahid relató cuatro días después: “El fútbol argelino mereció [su victoria]. La ocasión permitió que 70.000 argelinos cantaron Kassamen [el himno nacional]. [El Moudjahid, 10 de septiembre de 1975 (texto original en francés)].” (Amara, 2019, p. 4).

Por otro lado, según Betrouni (como se citó en Amara, 2019): “al sonar el pitido final, fue como lograr nuestra independencia una vez más.” Además, Boumedienne [el presidente argelino], que visitó a los jugadores en el vestuario después del juego, confesó, “si Francia les hubiera ganado, habría interrumpido la cobertura televisiva durante la ceremonia de entrega de medallas”.

Sobre el papel internacional de Argelia, Amara (2019) resalta que, al lograr su independencia, el país se convirtió en un modelo para los países del Tercer Mundo en su lucha por la autodeterminación.” La importancia de la autodeterminación tiene un correlato en el Manifiesto del Pueblo Argelino, en donde hay una línea expresa sobre ello, en la propuesta sobre la futura constitución: “La aplicación para todos los países, pequeños y grandes, del derecho de los pueblos a disponer de sí mismos.” (Observatorio de Conflictos, párr. 15).

Cuatro décadas después del final de la guerra de independencia, Argelia y Francia jugaron un partido de “reconciliación” en el Estadio de Francia, a principios de octubre del 2001. El partido tuvo un componente identitario que las autoridades francesas no supieron ver y terminó suspendido, según relata Hare (2003) por una invasión al campo por parte de los hinchas argelinos11, mayoritariamente por jóvenes hijos de inmigrantes norteafricanos. El autor destaca que hubo numerosos silbidos a los jugadores franceses, a excepción de Zinedine Zidane12, y al himno francés. Además, la propia invasión al campo de juego tuvo la presencia de algunas banderas argelinas que se siguieron ondeando fuera del estadio.

Para las autoridades francesas de fútbol y el establishment político (Hare, 2003), los hechos ocurridos fueron vergonzosos; sin embargo, el autor llama la atención sobre que parecen haberse olvidado de la carga política simbólica del partido:

In the security preparations for the match it might have been forgotten that before and during the Algerian war of liberation, football matches in colonial Algeria were key locations for anti-French demonstrations and indeed for violence (Fatés, 2003, como se citó en Hare, 2003)13.

Podría entenderse lo ocurrido durante el partido como una guerra ritual entre identidades nacionales (Villena Fiengo, 2003), también como la memoria oficial argelina relacionada a la liberación del vínculo de explotación colonial con Francia (Amara, 2019). Los hechos, por otro lado, se corresponderían con las ideas de Fontanarrosa (2011) donde el fútbol aparece como “un lugar adecuado para el desarrollo eficaz de la construcción de identidades.” (p. 18), pues casi cuarenta años después, los recuerdos de la guerra de independencia argelina, siguen presentes en la sociedad francesa.

Volviendo al plano internacional, al FLN, y recuperando otro de los artículos de Amara, el seleccionado logró, a través de su equipo nacional de fútbol, asegurar una participación honorable en la vida internacional, logrando actuaciones deportivas de alta calidad y convirtiéndose así en un modelo para otros movimientos revolucionarios que luchan por su independencia en todo el mundo, por ejemplo, el partido nacional palestino equipo de fútbol. (Fates, s.f, como se citó en Amara, 2004).

Estas “actuaciones deportivas de alta calidad” encuentran asidero en las estadísticas de Nait-Challal: el equipo FLN habría jugado 83 partidos, para 57 victorias, 14 empates y 12 derrotas. (Billebault, 2016).

La actuación de la FIFA durante la independencia argelina no sería la última vez que el máximo organismo perjudicaría a la selección nacional. En el Mundial de España de 1982, Alemania Oriental y Austria empataron su partido sabiendo que ese resultado garantizaba la clasificación de ambos a la fase eliminatoria. Este hecho perjudicó directamente a Argelia, que había dado la sorpresa contra Alemania. Amara (2019) relata que la FIFA no realizó ninguna penalización a los seleccionados europeos, pero cambió las reglas para el mundial siguiente (México 1986, donde se enfrentaron Argentina e Inglaterra), en el que los últimos partidos de la fase de grupos se jugaron al mismo tiempo para que no hubiera posibilidad de especulación.

Lo interesante de este episodio, según Amara, fue que: “Para la memoria nacional, la actuación de Argelia fue una continuación de la representación de Argelia del Tercer Mundo y África Independiente, y la lucha por la justicia en el sistema deportivo internacional.” (2019, p. 5). Aquí aparece la idea de la alianza internacional de Argelia con el Tercer Mundo frente a Occidente y la injusticia encarnada en la decisión inapelable de la FIFA de no castigar a los seleccionados europeos.

Teniendo en cuenta la eficacia de la FIFA al aislar al FLN de las selecciones categoría A y pensando en otra serie de situaciones, la idea de García (2022) de la FIFA como un organismo más eficaz que la ONU en relación a sus medidas punitivas, no parece tan descabellada. Si la FIFA, como monopolio de la organización del fútbol (Tuninetti, 2021), fue la entidad responsable de que el equipo del FLN no pueda competir contra selecciones de categoría A, sería conveniente revisar sus reglamentos y banderas.

Resulta interesante ver cómo el organismo se contradice a sí mismo, tanto en decisiones actuales como en las que tomó durante la independencia argelina. Para empezar, según el Estatuto de 2021, la FIFA “se declara neutral en materia de política y religión. Se contemplan excepciones en los casos que afecten a los objetivos estatutarios de la FIFA.” (FIFA, 2021). Haciendo un ejercicio contra fáctico, si aplicáramos este estatuto en la época de la guerra de independencia argelina, el organismo no debería haber prohibido al resto de seleccionados jugar contra el equipo del FLN. Sin embargo, tampoco podría haber dejado a Rusia, el país organizador del mundial 2018, fuera de Qatar 2022 a raíz de la operación militar especial en Ucrania o la invasión a Ucrania.

Continuando, el organismo promete “el firme compromiso de respetar los derechos humanos reconocidos por la comunidad internacional y se esforzará por garantizar el respeto de estos derechos.” (FIFA, 2021). Con este criterio, la organización máxima del fútbol debería haber dejado fuera del Mundial de Suecia 1958 a Francia debido a las matanzas perpetradas en Argelia. Además, tampoco tendría que haber permitido un mundial en Qatar, país con un reconocido trayecto en crímenes contra los Derechos Humanos.

Demostrar, una vez más, las contradicciones y el posicionamiento para nada neutral de la FIFA en el sistema internacional, no es el objetivo de este trabajo, pero sí pensar el rol que tomó durante la guerra de independencia argelina frente al equipo del FLN.

Por último, es interesante analizar el episodio titulado “El ascenso de Argelia”, producido en el marco de la Red de Creadores FIFA, que se puede encontrar en la propia página de la FIFA. Resulta curiosa la sinopsis del capítulo teniendo en cuenta el accionar de la FIFA con el FLN analizado hasta aquí: “Este episodio narra la historia del increíble crecimiento del fútbol en Argelia a través de entrevistas con futbolistas, ex-jugadores y fanáticos. Vital en la independencia del país en la década del ‘50” (FIFA, s.f). El episodio se centra poco en la independencia y prefiere retomar la voz de dos jóvenes argelinos y de Djamel Belmadi entrenador de la selección nacional desde 2018.

Uno de ellos, Nabil Bellahsene, quien se desempeña como editor de vídeos, al hablar sobre el seleccionado destaca el papel que tiene en el reconocimiento internacional: “desde la independencia en 1962 fue el equipo de fútbol el que viajó por todo el mundo llevando la bandera de Argelia.” (FIFA, s.f). Sin embargo, es llamativo que mencione que el equipo viaja “desde” 1962 y no antes, como lo hacía el FLN. También se recupera la victoria de Argelia en 1982 contra Alemania Oriental y el partido, de vuelta contra los germanos, en 2014, en el que Argelia cayó derrotada por 2 a 1, pero estuvieron cerca de ganarle al que, luego, sería el equipo campeón del mundo.

Por otro lado, Mouad Haddouche, que trabaja como fotógrafo profesional, tiene una idea interesante sobre los festejos por la victoria de Argelia en la Copa África de 2019: “Había tanta gente que parecía que era una manifestación.” (FIFA, s.f). Bellahsene coincide con su compatriota y añade que: “No daba la impresión de que fuera una victoria futbolística, parecía que era una independencia o un movimiento popular increíble.” Por más que el episodio se esfuerza en ocultar el papel de la FIFA en la independencia argelina, hay detalles, pequeños, pero detalles al fin que permiten pensar sobre posibles reminiscencias en la memoria oficial, como diría Amara (2019).

Como dato curioso, el entrenador del seleccionado nacional, Belmadi, responde lo siguiente a la pregunta: “¿Qué transmite a la gente el equipo de Belmadi?” formulada por un periodista en el marco de una conferencia de prensa: “Coraje, generosidad, esfuerzo al máximo, ambición, esperanza, creer que nada es imposible.”

En las palabras de los tres (los jóvenes y el entrenador) aparecen elementos que recuerdan a la época de la revolución y al equipo del FLN. La victoria futbolística asociada a la independencia, la “ambición” y “esperanza” propias de los revolucionarios y de los treinta y tres jugadores argelinos que formaron la selección del FLN.

Aquí podemos encontrar una conexión entre la final de los Juegos Mediterráneos contra Francia 1975, la victoria en la fase de grupos contra Alemania Oriental en 1982 y la victoria en la Copa África 2019. La memoria oficial sobre la que se extendía Amara (2019) se reedita otra vez actualizando las características de la identidad argelina, legitimadas por el fútbol.

 

Conclusiones

En este punto, es conveniente volver sobre los análisis de Ageron y Brett (1991). En 1958, la Asamblea General de las Naciones Unidas pospuso la resolución que ya había rechazado en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, sobre el reconocimiento del derecho de los argelinos a la independencia. Sin embargo, en 1959 las circunstancias eran otras y el organismo se preparó para aprobar la resolución.

En Francia, el general De Gaulle, quien en su momento lideró la resistencia en la Segunda Guerra, asumió la Presidencia en esos turbulentos años. El país estaba sacudido por los ataques terroristas de la OAS14, un grupo armado de ultraderecha que se oponía a la autodeterminación argelina. En un inicio, De Gaulle había intentado mantener el vínculo colonial, pero pronto la situación resultó insostenible. En este contexto anunció, septiembre de 1958, que luego de que la paz estuviera restaurada los argelinos podrían tener el derecho a la autodeterminación. Ageron y Brett (1991) rescatan las tres opciones que ofreció el presidente francés al FLN: secesión, asimilación total o gobierno propio en asociación con Francia (prefiriendo esta última); sin embargo, aclaran que lo que de hecho estaba siendo anunciado era el fin de la regla colonial.

Esto provocó que diversos grupos se sintieran traicionados, como los europeos en Argelia y los oficiales del ejército politizados y comprometidos con la idea de una Argelia francesa, que encabezados por Ortiz, dueño de un café y el líder de los estudiantes, Susini, fundaron el FNF o Frente Nacional Francés e intentaron dar un golpe que resultó fallido. Al final el gran problema va a ser el OAS que causó estragos a ambos lados del Mediterráneo.

Con el Referéndum nacional del 8 de febrero de 1961, la gran mayoría de los franceses votó a favor de la autodeterminación argelina. Esto, tras un intento fallido de golpe por generales franceses que habían sido retirados de Argelia en el último tiempo, llevó a los Acuerdos de Evian.

Évian-les-Bains es una comuna francesa que se encuentra en la frontera con Suiza, ubicada en un lugar cercano al Lago Leman. El 18 de mayo de 1961, se llevó a cabo la primera reunión entre las partes y el 18 de marzo de 1962 la segunda. Estos acuerdos significaron a grandes rasgos que Francia accedía a reconocer la soberanía del Estado argelino sobre quince departamentos de Argelia y sobre el Sahara (de importantes recursos energéticos).

Al final la extirpación de la Francia colonizadora de Argelia fue difícil, dejaba un saldo de unos 400.000 argelinos muertos (1 millón y medio según la cifra probablemente simbólica del FLN) y un país por reconstruir y luego por construir.

Retomando los planteos iniciales, el fútbol no fue más importante que las ametralladoras (y la negociación) para el logro de la independencia argelina, pero sí jugó un papel importante en el reconocimiento internacional y en la construcción del mapa de alianzas que buscaba Argelia durante y después de la revolución, llevó al país a erigirse como un representante del Tercer Mundo y sirvió para la construcción de una identidad nacional en fuerte oposición a Francia y a Occidente.

La idea del fútbol como un escenario de guerra ritual entre naciones que plantea Villena Fiengo (2003), pueden verse en los enfrenamientos deportivos. El máximo organismo del fútbol mundial, la FIFA, ha conseguido erigirse como una sólida entidad no estatal con peso en el sistema internacional. Para algunos autores, incluso con más eficacia que la misma ONU (García, 2022). Esto se condice con los testimonios de Mekhloufi: el FLN no fue a jugar a Egipto por la vinculación del vicepresidente con la FIFA, tuvo problemas en Polonia y terminó enfrentándose a selecciones que no pertenecieran a la categoría “A”, no para no molestar a la FIFA, sino para poder competir contra alguna selección nacional y cumplir su rol de embajadores de la causa.

El accionar de la FIFA con el FLN hoy en día iría en contra de sus propias resoluciones, pero, por otro lado, los reglamentos en materia de política de Derechos Humanos de la entidad no deberían haber permitido la organización del Mundial en Qatar. Tal vez, en el marco del sexágesimo Congreso de la FIFA en Johannesuburgo, Sudáfrica, en el año 2010, los miembros asistentes entendieron que la “normativa más estricta” era la de Qatar. Tal vez, la respuesta al porqué la institución actuó como actuó en 2010 y en 1958 con el FLN, se relaciona con los intereses de la histórica elite que la dirige, siempre perteneciente a Europa occidental.

Volviendo por un momento a la relación entre memoria, identidad y fútbol, en Argelia esa relación está vigente. Como se vio incluso en un despolitizado video subido a la página de la FIFA se siguen viendo reminiscencias de lo que representó en la época de la independencia. El fútbol se utilizó por el FLN para dar a conocer la causa argelina internacionalmente, pero también de otras maneras. Para Geoff Hare (2003) el fútbol se utilizó como parte de la lucha argelina, en la retirada de clubes étnicos de las ligas coloniales, en el bombardeo de estadios de fútbol en Argelia y en la ejecución de un destacado oponente político en la final de la Copa de Francia.

Se puede afirmar que el fútbol es clave para la identidad nacional argelina, porque, a diferencia de otros países, el deporte estuvo directamente implicado en el propio nacimiento de la Argelia libre de su colonizador. Para Amara (2019) el fútbol fue usado para invocar y ejercitar la memoria estatal argelina.

Finalmente resulta importante marcar lo que futuras investigaciones podrían aportar al revisar documentos de la época de la independencia, diarios como Le Monde y Moudjahid, se podrían visualizar contrapuntos y reconstruir la fuga, pero también los distintos partidos disputados por la selección del FLN. Este análisis, que quedó fuera de la presente investigación por la dificultad de acceder a esas fuentes, podría revelar cómo funcionó el FLN en las mentalidades de los argelinos de Argelia, más allá de su papel como embajadores de la causa.

Por otro lado, también sería interesante observar los detalles de algunos de los partidos que jugó el equipo del FLN. Saber qué tipo de resistencias hubo, como el ejemplo de Polonia o qué implicaba ser bien recibidos, como en Vietnam, donde además de ganar, fueron citados para prestar consejos a los entrenadores locales y así mejorar el nivel futbolístico del país. Según Amara (2004) los miembros del equipo FLN, descritos como militantes políticos y embajadores de la revolución argelina, bajo el liderazgo de Mekhloufi, jugaron y ganaron 14 partidos consecutivos en varios países considerados futuros aliados de la República argelina, incluida la Unión Soviética, China, Vietnam del Norte y distintos países árabes.

Es prudente recuperar el epígrafe con el que comienza este documento. Mientras Mekhloufi fue visto como un modelo de “integración fraternal y exitosa de la población árabe indígena y la gran comunidad de colonos en una Argelia francesa” (Lanfranchi y Wahl, 1996, como se citó en 2003), Eric Cantoná fue una estrella del seleccionado francés que siempre renegó de la FIFA y sus decisiones. Podríamos decir que Cantoná sería un modelo de integración exitosa de la población francesa en la gran comunidad argelina libre de sus colonizadores en Argelia.

 

Referencias bibliográficas

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1 UNC, Córdoba capital, Argentina. Correo electrónico: lorenzo.abbona.castagno@mi.unc.edu.ar

2 Agradecimientos: A mi familia, por siempre creer en mí, a mis docentes Jorge Santarrosa y Franco Reyna por los comentarios y la bibliografía que no podía conseguir, y al fútbol que con su aciertos e injusticias inspiró a este trabajo y, día a día, a buena parte del mundo.

3 La victoria de Arabia Saudita contra Argentina (2-1). La derrota, con eliminación incluida, de Alemania por Japón (2-1). La llegada a semifinales de Marruecos venciendo en el camino a Bélgica (2-0), España (por penales) y Portugal (1-0). La derrota de Portugal frente a Corea del Sur (2-1). La victoria de Camerún sobre Brasil (1-0). La victoria de Túnez contra Francia (1-0). Por mencionar algunos ejemplos.

4 Federación Internacional de Fútbol Asociación, comúnmente conocida por sus siglas en francés: FIFA

5 Según Amara (2019) “launched in 1956 during the Algerian War of Liberation. President Ben Bella, first president of independent Algeria, in the first editorial of the newspaper, described it as ‘the official voice of the FLN and the mirror of the Armée de Libération Nationale (ALN).” (p. 2).

6 Traducción libre: En Argelia, las relaciones entre argelinos y franceses eran bastante tensas. La gente rara vez se veía. En cualquier caso, en Sétif, mi ciudad natal. Tal vez fue diferente en Argel. Recuerdo que en Sétif, rue de Constantine, por la tarde a la hora del paseo, había una acera para los argelinos y otra para los franceses. Las dos comunidades se evitaban mutuamente.

7 Françoise Escarpit también atribuye al futbolista y entrenador argelino la idea de la formación del equipo. (Escarpit, 2007).

8 Aparentemente se refiere al estadio del club JSM Skikda que, de hecho, fue bautizado con el día de la masacre: “Stade 20 Août 1955 (Skikda)” [Estadio 20 de Agosto de 1955].

9 Traducción libre: [Por ejemplo, nunca jugamos en Egipto, porque el presidente de la federación era vicepresidente de la FIFA y no quería problemas. También recuerdo un viaje a Polonia, donde fuimos muy mal recibidos. Un país que tiene lazos muy estrechos con Francia. Antes del partido (4-4), los árbitros polacos no querían que sonara el himno argelino (Kassaman). Amenazamos con no jugar el partido. Finalmente, se tocó el himno y se izó la bandera de Argelia.]

10 Traducción libre: El escenario estaba preparado para un enfrentamiento en el que la política estaba muy presente y estaba en juego algo más que la medalla de oro. Era una oportunidad para confirmar, si alguna vez se necesitaba confirmación, la independencia de Argelia de Francia.

11 Concretamente en el minuto 73, cuando el partido iba 4 a 1 a favor de Francia.

12 El exjugador tiene nacionalidad francoargelina.

13 Traducción libre: En las preparaciones de seguridad tal vez fue olvidado que antes y durante la guerra argelina por la liberación, los partidos de fútbol en la Argelia colonial, eran lugares clave para las demostraciones anti francesas y, por supuesto, para la violencia.

14 Organización del Ejército Secreto o Organisation de l’Armée Secrète en francés.