Cambios en el flujo migratorio masculino binacional por las políticas antiinmigratorias y el crimen organizado. Corralejo, México

Changes in the binational male migration flow due to anti-immigration policies and organized crime. Corralejo, Mexico

Fecha de recepción: agosto de 2019 / Fecha de aprobación: diciembre de 2019

Ilithya Guevara1

 

Resumen

La migración México-USA ha marcado el devenir del campo en México, esta ha sido primordialmente masculina, indocumentada y temporal, lo anterior determina la estancia, tipo de empleo, salarios, entre otros. El impacto se ha analizado desde la cotidianeidad de quienes se van y quienes se quedan, el flujo de remesas y los motivos para migrar.

El objetivo es analizar las transformaciones que el flujo masculino ha tenido en Corralejo2, a partir de un estudio de caso que revisa la historia migratoria del lugar y las principales tendencias, mercado laboral, formas de migrar, así como las causas que llevan a los cambios en la misma, desde la percepción de quienes habitan en el rancho.

A pesar de los beneficios económicos, en la última década, la migración masculina se ha visto afectada tanto por el recrudecimiento de las leyes antiinmigratorias norteamericanas que criminalizan y castigan el cruce sin documentos; como por el incremento de la violencia en la frontera norte por parte del crimen organizado en México, lo que modifica no sólo rutas de cruce de la frontera, sino costos de traslado, los riesgos a los que se exponen, la temporalidad de la estancia y en ocasiones la decisión de migrar.

Palabras clave: Migración binacional masculina, leyes antiinmigración, crimen organizado, flujo migratorio, decisión de migrar.

  

Abstract

Mexico-USA migration has marked the evolution of the countryside in Mexico, this has been primarily male, undocumented and temporary, and the forgoing determines the stay, type of employment, wages, among others. The impact has been analyzed from the daily lives of those who leave and those who remain the flow of remittances and the motives to migrate.

The objective is to analyze the transformations that the male emigration flow has had in Corralejo, from a case study that reviews the migratory history of the place and the main trends, labor market, forms of migration, as well as the causes that lead to changes in this phenomenon, from the perception of those who inhabit the ranch.

Despite the economic benefits, in the last decade, male migration has been affected so much by the recruitment of US anti-immigration laws that criminalize the crossing without documents; as for the increase in violence on the northern, which modifies not only crossing routes along the border, but also transportation costs, the risks to which they are exposed, temporary stay and sometimes the decision to migrate.

Keywords: Male binational migration, anti-immigration laws, migratory flows, organized crime, decision to migrate.

 

Introducción

Uno de los factores que han marcado la historia de las comunidades rurales en México es la migración, ya sea que esta haya sido promovida como medio de acceso a la tierra y medios de producción, por la creación de nuevas comunidades o por falta de acceso al mercado de trabajo que permitiera la sobrevivencia de los grupos. El medio rural se encuentra en un constante cambio, tanto por la incorporación de nuevos elementos culturales, identitarios y económicos, como por las implicaciones que los movimientos migratorios tienen tanto para quienes se van, como para quienes se quedan, como ya ha sido ampliamente estudiado.

A pesar de que no podemos generalizar las formas y los destinos de migrar, si podemos afirmar que la migración en el campo mexicano ha tenido al menos dos momentos importantes. El primero de ellos se caracterizó por la migración a las grandes ciudades, que fue motivada por el proceso de industrialización y desarrollo que da inicio en la primera mitad del siglo pasado, y que generó una demanda de mano de obra que produjo la transformación del mercado laboral, tanto en el campo como en la ciudad. El segundo momento fue la migración hacía los Estados Unidos que, de acuerdo con algunos autores (Ariza, Cienfuegos, D’Aubeterre, Durand, Douglas, Massey, Mummert, entre otros) inicia a principios del siglo pasado, motivada en un principio por el acuerdo binacional de ambos gobiernos, en un principio era una migración primordialmente masculina y legal. Los acuerdos cambian con la dinámica económica y política de ambos países, sin embargo, la migración prevalece a lo largo de las generaciones no sólo por el establecimiento de redes de intercambio; sino porque además se ha ido infiltrando en el imaginario social de las nuevas generaciones, que los ha llevado a considerar la migración como la única alternativa económica que posibilita no sólo la sobrevivencia del grupo sino el ascenso económico de los suyos. La migración al vecino país del norte, ha tenido diferentes etapas como lo veremos más adelante, y se ha caracterizado por ser primordialmente masculina, indocumentada y temporal, al menos en la zona de estudio. Cada una de estas condiciones abona a la complejidad del fenómeno y lleva tanto a quienes se van como a quienes se quedan a reordenar la vida familiar y comunitaria.

En las últimas décadas la migración indocumentada se ha visto no sólo criminalizada, castigada y perseguida con mayor severidad por parte del gobierno norteamericano, sino que además el crimen organizado, el narcotráfico y las acciones internas tanto de estos grupos delincuenciales como del gobierno federal mexicano han incrementado los riesgos que se corren al tratar de cruzar la frontera, los costos del cruce y en algunos casos han sido responsables de la decisión de migrar (González, 2009 y Wolf, 2011).

Corralejo es una población rural, no campesina, es decir sus actividades económicas y productivas no giran en función a la agricultura; está ubicada en el Municipio de San Miguel de Allende en el estado de Guanajuato. Como muchas comunidades en la región tiene su origen en las migraciones locales y regionales, pues se formó en la segunda mitad del siglo pasado con la división de la hacienda que llevaba su mismo nombre y la fragmentación de una parte del rancho de San José de Corralejo. Ambas propiedades se dedicaban a la crianza de ganado menor y la agricultura a mediana escala, al depreciarse el mercado agrícola mexicano, se abandona la producción y se fraccionan las propiedades formando en este caso el rancho3 del que hablamos, quienes conformaron el nuevo poblado eran trabajadores de la hacienda o medieros4. Desde su formación, la población de Corralejo ha sobrevivido de la migración tanto a nivel regional como binacional.

El objetivo de este trabajo es responder a la pregunta: ¿son los cambios en las leyes antiinmigratorias norteamericanas y el crimen organizado, determinantes en la decisión de migrar?, y cómo dichos cambios son percibidos por quienes se han dedicado a esta actividad por generaciones. Así se busca aportar a la discusión de los cambios en los flujos migratorios desde lo local, es decir desde la percepción de quienes migran tienen de lo que sucede en ambos lados de la frontera.

El artículo está divido en cuatro apartados, en el primero se hace un breve debate de la historia de la migración México-Estados Unidos, a partir del análisis de las propuestas teóricas sobre dicho fenómeno. Así como el impacto que en ella ha tenido la criminalización de la migración indocumentada y la ola de violencia tanto a nivel nacional como en la zona fronteriza del norte. En el segundo capítulo, se esboza el planteamiento metodológico y epistemológico que guía la investigación, que desde la perspectiva cualitativa busca analizar la percepción de los cambios en la migración desde quienes viven el fenómeno, así como las herramientas de recopilación de información que se utilizaron. Para después analizar el caso particular de Corralejo desde las experiencias de quienes participan en dicho fenómeno y los cambios que la migración ha tenido para ellos/as. Finalmente, a manera de conclusión se habla del papel que juegan en la decisión de migrar los problemas anteriormente mencionados.

 

Migración México-Estados Unidos: de braceros a criminales en un siglo de historia

Uno de los eventos que marca el inicio de la migración México-Estados Unidos son los acuerdos bilaterales que se dan a principios del siglo pasado, como resultado de la participación de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial, el gobierno estadounidense promueve el ingreso de trabajadores mexicanos, en cuyo plan ingresaron 72 000 braceros (Alanís, 1999). Lo anterior aunado a la inestabilidad económica, política y social que vivía el país durante y al término de la Revolución Mexicana facilitó el exilio de miles de trabajadores, principalmente rurales al vecino país del norte.

Más tarde la crisis de 1929 en Estados Unidos llevó a la cancelación de este acuerdo y dio como resultado la deportación masiva de mexicanos, a pesar de ello, estos primeros convenios sentaron las bases que establecieron redes de intercambio que llevarían a la consolidación del proceso migratorio tanto de manera “documentada” como indocumentada. El segundo acuerdo que contribuyó a este proceso, fue el que se realizó con la firma del convenio de 1942 conocido como el Programa Bracero, que se presenta ante la participación de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, dicho acuerdo se terminó en 1964. Éste basado en cuatro características: legalidad, masculinidad, ruralidad y temporalidad del flujo migrante. Lo anterior, entre otras cosas divide étnicamente las actividades laborales de aquel país, pues la agricultura se convirtió en una actividad privilegiada para los mexicanos. Al término del programa, casi 4.5 millones de mexicanos habían trabajado como braceros, a finales de los 50s más de 400 000 emigraban cada año, en su mayoría provenían del occidente y de cuatro estados en particular: Jalisco, Michoacán, Guanajuato y Zacatecas. El 45% de todos los braceros mexicanos, entre 1951 y 1962, provenía de estas entidades (Guevara, 2014). A partir de este momento “los periodos de reclutamiento activo y de tolerancia implícita para el cruce de indocumentados desarrollaron un complejo entramado de redes sociales que hicieron del flujo [migratorio] un fenómeno auto sostenido” (Durand, et. al, 2009, p. 105).

El incremento de la migración indocumentada en los espacios que participaron en el programa bracero, se dio como consecuencia natural del impacto, particularmente económico, que esta actividad representaba. Dado que la migración, posibilita la adquisición de bienes materiales que de otra manera no sería posible adquirir, consolidándose así “el sueño americano”, que ha sido el principal detonador de la migración para muchas generaciones de jóvenes que salen de sus comunidades con el fin de poder alcanzarlo.

Este fenómeno se ha visto también afectado por los vaivenes de la estabilidad económica, política y social de México, que si bien es cierto, no puede considerarse como único detonador, es importante mencionar que si existe una relación directa entre las crisis laborales, sociales, políticas y económicas y el incremento de los flujos migratorios. Además de que se han transformado las zonas migratorias, los destinos y la temporalidad de la misma. Hasta principios de la década de los 80s la migración más común era campo-ciudad a nivel nacional para muchas de las poblaciones rurales del país, como ya se ha mencionado. Esta fue una migración que llevó al crecimiento desmedido de muchos centros urbanos, pues fue en la mayoría de los casos familiar y permanente, es decir, migraban las familias completas y se establecían en la ciudad. Lo que en primer lugar dio origen a los cinturones de pobreza en las periferias, además de que creó un nuevo mercado laboral, pues la mayoría de estos migrantes se insertaron en trabajos poco calificados, temporales y en el mercado informal, a pesar de que las segundas generaciones tuvieron mayores posibilidades de acceso a la educación y el empleo.

Con la implementación de las políticas neoliberales que llevaron a la pérdida del poder adquisitivo de gran parte de la población, la precarización del mercado laboral y la producción agrícola, la tendencia fue cada vez mayor al vecino país del norte, incluso de zonas que no tenían antecedentes migratorios, es decir, que no eran consideradas zonas de expulsión. Así, por ejemplo, en San Miguel de Allende, las poblaciones rurales inician la migración al norte a finales de los 70s principios de los 80s, cuando una nueva crisis acaece al campo mexicano, se cancelan muchos de los apoyos económicos a este sector y caen los precios de los productos agrícolas, con lo que la producción a pequeña y mediana escala pierde importancia económica. Lo anterior se refleja en las cifras generales de migrantes, así nos encontramos con que entre 1980 y el 2000, se contabilizaban 8.8 millones de personas nacidas en México que vivían en Estados Unidos, cifra que incremento a 11.7 millones para el 2007, de los cuales el 65.6 % eran hombres jefes de hogar y el 60% son indocumentados (Ariza y Velasco, 2015; Canton de Grammont, 2009; París, 2012; Pimienta y Zanabria, 2002).

La migración ha sido motivada en un primer momento, por carencias económicas que han marginado a la mayor parte de la población, principalmente a los habitantes del medio rural. Los flujos migratorios también se han visto impactados por las condiciones económicas y políticas norteamericanas y que han sido también uno de los elementos que ha incrementado los riesgos que corren los migrantes indocumentados al intentar cruzar la frontera. Entre los que se pueden destacar, las prácticas de cierre de fronteras y la detención policiaca, tanto al interior del país como en la frontera, que no sólo restringe el movimiento físico de los trabajadores mexicanos, sino que ilegaliza su estancia negándoles derechos y haciéndolos vulnerables a la explotación, con la devaluación de su trabajo (Bartra, 2003; Spener, 2004).

Es importante reconocer que en lo que va de este siglo, el crecimiento económico, principalmente en el ramo industrial ha llevado a la generación de nuevas formas de empleo que abren una oportunidad para no migrar, pero aún no se ha explorado este tema lo suficiente en la región. Si bien, no es el objetivo de este artículo, es conveniente señalar que en 2017 se reportó un crecimiento económico de 6.1% en el estado de Querétaro, así como la generación de poco más de 50,000 empleos, considerándose que el ramo industrial y de servicios eran los más importantes (Universal, Querétaro, 2017). Lo anterior tiene un impacto en el municipio de San Miguel de Allende y en sus comunidades rurales, que ahora tienen una alternativa económica si deciden no migrar. Ahora bien, uno de los elementos que modifica el flujo migratorio y que podemos identificar en Corralejo es el recrudecimiento de las leyes anti-inmigratorias de Estados Unidos como lo veremos a continuación.

Una de las primeras acciones que tomó el gobierno estadounidense con respecto a la regulación del cruce de la frontera, fue The Inmigration Reform and Control Act, IRCA en 1986, que buscaba establecer un control más estricto sobre la migración indocumentada. Además de que dicha ley permitió que poco más de 2 millones de mexicanos legalizaran su situación migratoria entre 1986 y 1991, este fue conocido que como el programa de amnistía, y que contradictoriamente a lo que el gobierno norteamericano esperaba, fue un estímulo para que muchos más intentaran cruzar la frontera (Alonso, 2012; Nevins, 2005; París, 2012).

De ahí siguieron otras acciones, la más importante fue en 1993 en El Paso, Texas, con la creación de Border Patrol (conocida como “la migra”) cuyo objetivo era detener el tránsito de indocumentados, con el encarcelamiento y la deportación. Más tarde fueron los programas de Operation gatekeeper y Hold the Line con las que da inició la militarización de la frontera; no obstante, los esfuerzos por disminuir el tránsito de indocumentados el resultado de estas acciones fue el traslado del cruce de la zona urbana hacia el desierto y zonas montañosas que incrementaban el riesgo para quienes deciden cruzar (Alonso, 2012; Heyman, 2012; da Gloria y Meneses, 2006; Nevins, 2005; Ramírez y Aguado, 2013; Slack y Whiteford, 2010; Spener, 2008).

Aunque la mayoría de los cambios se dieron durante la década de los 90s, después del 11 de septiembre de 2001 con el atentado terrorista a los Estados Unidos, se creó el Departamento de Seguridad Nacional en el 2002, que permeó todos los elementos de seguridad en las fronteras y que fue un elemento más de criminalización de los migrantes indocumentados (Alarcón y Becerra, 2012; Alonso, 2012; Nevins, 2005; Slack y Whiteford, 2010). A partir de este momento, los migrantes fueron vistos como “enemigos”, que ponían en riesgo la “seguridad del país” y que arrebataban el empleo y las posibilidades económicas y laborales de los nacionales y a la patrulla fronteriza como los “héroes” que debían resguardar la seguridad nacional y proteger al país de los enemigos.

Otro de los elementos que ha modificado el proceso migratorio, es la violencia que se ejerce por parte del crimen organizado. El incremento de la militarización de la frontera está también relacionado con el tráfico de drogas. Por una parte se estima que hay más de 25 millones de consumidores de drogas en Estados Unidos, representando así el mercado más grande del mundo; y por otro México además de ser un productor importante de enervantes, tiene una posición geográfica que lo sitúa en un lugar estratégico para el tráfico de drogas:

[…] procedentes de grandes países productores de cocaína, marihuana y heroína, como son Colombia, Perú y Bolivia, que tienen en Estados Unidos su principal mercado de consumo […] dos tercios de la cocaína que llega a Estados Unidos se introduce por la frontera norte de México, al igual que el 30% de la heroína y grandes volúmenes de metanfetamina, así como marihuana (Das, 2003, citado en González, 2009, p. 51).

 

Es por ello que en la zona fronteriza han proliferado un sinnúmero de organizaciones criminales que buscan controlar el tráfico de drogas, pero que se complejizan cuando a este incluyen otras actividades criminales como el secuestro, la extorción y el tráfico de personas que afecta de manera principal a los trabajadores indocumentados. En México, es a partir del 2007 con el presidente Felipe Calderón (2006-2012) que da inició la “guerra contra el narcotráfico”, y con ello una nueva ola de fuerzas públicas que tratan de controlar la frontera, pero también se da el incremento de la violencia al dividirse las antiguas células criminales en distintos cárteles.

Por su parte en Estados Unidos, desde principios de la década de los 80s el gobierno inicia el programa “Guerra a las drogas”, cuyo impacto se reflejó en la incorporación del ejército para la protección de la frontera y el apoyo por parte de este a la Patrulla fronteriza (González, 2009). Para el 2008 la falta de resultados llevó al gobierno a la firma del plan Mérida, acuerdo entre Estados Unidos, México, Centroamérica y el Caribe. En el plan Mérida:

Estados Unidos se compromete a impedir el tráfico de armas, el contrabando a gran escala de divisas y el flujo trasfronterizo de precursores químicos, así como reducir la demanda interna de drogas ilícitas [se incluye] lucha contra el narco/ seguridad fronteriza; seguridad pública/ procuración de justicia; y fortalecimiento de instituciones/ Estado de derecho (Wolf, 2011, p. 665).

Uno de los problemas que las acciones bilaterales de ambos países asumen en contra del narcotráfico es la corrupción y la impunidad de las fuerzas policiacas, militares y burocráticas en México. No es el objetivo de este trabajo analizar los efectos que las iniciativas mencionadas han tenido con respecto a los objetivos planteados, sin embargo, es importante mencionar que parte de los efectos colaterales ha sido la doble criminalización de los migrantes que no sólo son indocumentados, sino que son considerados en su mayoría narcotraficantes o relacionados con el tráfico de drogas, pero que además han sido las principales víctimas del incremento de la violencia por parte de los grupos delincuenciales. A pesar de las acciones tomadas principalmente por parte del gobierno norteamericano, el tráfico de drogas y el incremento de la violencia ocasionada por la lucha por el control de los territorios no se ha detenido por el contrario ha incrementado (González, 2009 y Wolf, 2011).

Las actividades de estos grupos delincuenciales no se detienen, sino que se diversifican en distintas y cada vez más violentas formas de manifestarse, que afectan de manera directa a los migrantes. Tal es el caso de la extorsión a quienes transitan por la frontera sur, la frontera norte y por todo México, que habían sido un coto de pequeños grupos de asalta pollos (sobre todo en Baja California), o de policías y funcionarios corruptos, que fueron desplazados por el narco poder durante la lucha violenta por los territorios y corredores estratégicos. Es evidente, que las actividades del narco incluyen ahora no sólo el tráfico de drogas, sino todo lo referente a la trata de personas5, y que en la última década ha sido uno de los elementos que abona a los riesgos que corren quienes tratan de cruzar la frontera sin documentos. Lo que, ha modificado las vías de tránsito, de quienes ya por su condición de migrantes eran un grupo vulnerable, y ahora están a merced del crimen organizado, no sólo los nacionales, sino también los migrantes centroamericanos que atraviesan México con la intención de llegar al vecino país del norte. Uno de los principales impactos, como ya se mencionó, es el incremento de los precios que se cobran por el cruce, que al no poder cubrirlos aumentan los riesgos que se corren (Alonso, 2012, Spener, 2018; Slack y Whiteford, 2010).

Todo lo anterior va a tener un impacto en la decisión de migrar por parte de quienes habitan en el medio rural mexicano y que por generaciones habían sobrevivido de dicha actividad, Corralejo es sólo un ejemplo de cómo estas acciones impactan de manera directa a los migrantes como se verá más adelante. Antes de ello es importante hablar de la posición epistemológica-metodológica de la propuesta pues el interés esta puesto en la percepción de quienes viven dicho fenómeno.

 

Metodología y práctica social: para comprender la Migración

El análisis de la migración como fenómeno multidimensional ha tenido diferentes matices, los cuales nos hablan no sólo de la disciplina que lo estudia, sino de las diferentes tendencias que ha tenido a lo largo de la historia humana. Uno de los retos ha sido poder abordar el fenómeno desde las diferentes dimensiones que este encierra: económica, política, sociocultural, identitaria y de género, tanto para las comunidades de origen como para las de destino, en donde el incremento o decremento de la actividad encierra un cúmulo de procesos tanto a nivel local como a nivel internacional. En este sentido, las Ciencias Sociales han logrado avanzar en su comprensión desde la implementación de modelos metodológicos tanto cuantitativos, que permiten evaluar numéricamente la dimensión del problema y los beneficios económicos de los mismos; como cualitativos que se acercan al fenómeno desde la percepción de quienes lo viven y los efectos que en la vida cotidiana de los individuos y de los grupos ha tenido6.

En la investigación donde se basa este artículo, se privilegiaron los métodos cualitativos, pues el interés se centra en la construcción de nuevos conocimientos desde el intercambio entre quien investiga y los investigados (Ariza y Velasco, 2015; Berger y Luckman, 1968). Además de que dichas técnicas permiten acercarse al fenómeno desde la percepción que quienes lo viven tienen del mismo, en ellos el conocimiento se erige a través del sentido que los individuos asignan a sus propias vivencias, prácticas y acciones, tomando en cuenta que lo que comparten es resultado de una estructura de relaciones sociales, significados ordenadores de sentido que operan en la realidad, en un contexto cultural especifico, social e ideológico y que permite identificar patrones de conducta que se construyen en esta realidad (Corbetta, 2007; Lerner, 1999).

La investigación se basó en un estudio de caso, se eligió el rancho de Corralejo por sus características sociodemográficas, su cercanía a la cabecera municipal y sobre todo su historia migratoria. Una vez seleccionada la población se identificaron los indicadores necesarios para la recopilación de información a partir de las estancias de campo y el intercambio con los habitantes del lugar. De la información obtenida en los primeros encuentros se elaboró un guión de entrevista que buscaba identificar las tendencias migratorias de la región, y los cambios que esta ha tenido en la última década. Las entrevistas se hicieron a informantes clave, que fueron seleccionados por su historia migratoria, incluyendo migrantes, no migrantes, retornados, coyotes7, y familiares de los mismos.

Se utilizaron también técnicas cuantitativas para poder medir el impacto del fenómeno en la población estudiada, por lo que se levantó un cuestionario familiar en 151 de las 188 viviendas que componen la localidad8, el cual permitió identificar el número de familias con uno o más miembros migrantes, causas y formas de migrar, así como los destinos principales. En este trabajo se analizan tanto los indicadores numéricos como 6 de las entrevistas con diferentes habitantes del rancho de Corralejo.

 

La decisión de migrar y los cambios en el flujo migratorio en Corralejo

Al igual que el resto de la región Bajío Corralejo tiene una historia que ha estado marcada por las migraciones, tanto en el momento de la formación del rancho, así como actividad económica privilegiada. No es el objetivo de este trabajo analizar la historia del lugar, por lo que solo reafirmaré que es una comunidad no campesina. Quienes hoy habitan en el lugar provienen tanto de los pueblos aledaños, y llegaron al lugar al dividirse las haciendas, como otros estados de la República. Los primeros habitantes llegaron motivados por la venta de terrenos de la ex hacienda. A pesar de que sus actividades giraban en torno a la agricultura y la ganadería, la extensión física de los terrenos que adquirieron no permitió que continuaran con la actividad por cuenta propia, por lo que desde sus inicios tuvieron que migrar para mantener a los suyos, tanto en nacionalmente como hacia los Estados Unidos.

Otro de los elementos que caracteriza al rancho, es que a partir de principios de este siglo se ha desatado una ola de inmigración proveniente principalmente del Estado de México y de la zona metropolitana de la capital del país. Lo anterior se explica en el hecho de que hubo familias enteras que migraron a estos lugares y que han decidido regresar al rancho y vender parte de sus propiedades o promover la venta de terrenos ajenos, en estos casos son familias que se dedican principalmente al comercio.

En el cuestionario familiar, que levantó información de un total de 151 viviendas algunas de ellas que contaban hasta con tres familias nucleares9 habitando en la misma propiedad, nos encontramos que 14 de ellas no son originarias de Corralejo, 12 de estas provienen de la Ciudad de México (CDMX) y el Estado de México. En ellas no se considera a los ocho extranjeros que no fue posible encuestar porque no se encontraban en el lugar al momento de levantar el cuestionario. Hay 79 casos que tienen al menos un miembro de la familia que migró o que migra actualmente, los principales destinos son, en Texas: Austin, Comanche y Dallas, otros más se van a California, Kansas, Miami, Virginia, Nueva York, y uno migra a Canadá.

Los primeros movimientos migratorios hacia Estados Unidos se dan a finales de los 70s y principios de los 80s, entre quienes salieron en la década de los 80s y quienes aún migran, lo que ha cambiado es sobre la temporalidad de la estancia. Pues la decisión de permanecer allá por más tiempo está ligada a la inseguridad del tránsito y el incremento de los costos para cruzar la frontera. La mayoría de los migrantes son hombres jefes de familia o jóvenes con intención de casarse, aunque existen casos de mujeres que se han ido, no son más de tres y normalmente se van con la pareja o para alcanzarlos allá. En su mayoría son indocumentados, por lo que, es una migración que no tiene una temporalidad establecida, el tiempo de la estancia puede variar entre unos meses y varios años, lo que depende, entre otras cosas, del trabajo al que se insertan, las condiciones climáticas del lugar y las metas que se hayan planteado al irse, y más recientemente de las posibilidades para poder cruzar la frontera nuevamente sin correr riesgos, si deciden regresar. Los casos en que las familias completas han migrado son dos.

Tanto en Corralejo como en poblaciones cercanas se han identificado personas que se dedican o se dedicaron a “pasar” migrantes, y que son conocidos como coyotes o polleros, lo que, de alguna manera explica también la consolidación de la migración como actividad económica privilegiada para los habitantes del rancho. Encontramos además, al menos cuatro tipos de migración en Corralejo, los que se fueron entre los 70s y los 90s que permanecieron allá por varios años y que regresaron antes del 2000, se identificaron 21 hombres con este perfil con edades de 45 a 70 años, todos ellos casados. En ellos destacan aquellos que decidieron continuar con esta actividad de manera regular, se encontraron ocho hombres con este perfil, entre ellos dos con documentos, sus estancias varían así como la regularidad delas mismas, en los últimos cinco años han decido aumentar el tiempo de las estancias por la dificultad para regresar. La segunda tendencia son de aquellos que son en su mayoría hijos o familiares de los primeros migrantes y que salieron entre el 2000 y el 2010, cuyas estancias varían entre 6 meses y 5 años, se encontraron 45 personas con este perfil, de nuevo todos hombres, pero en este caso las edades van de los 21 a los 45 años y no todos cuando se fueron estaban casados. La tercera es de quienes se fueron entre el 2011 y el 2015, en donde nos encontramos que disminuye el número, pues aquí hay 28 individuos entre ellos 2 mujeres que obtuvieron sus papeles a través de su padre y que viajan con frecuencia. Los demás todos hombres las edad están entre los 16 y los 50 años y no todos son casados. Me interesa resaltar que de este último grupo sólo 17 permanecen en los Estados Unidos, todos los demás han decido regresar y quedarse. Es decir de las 93 personas migrantes distribuidas en 79 familias, solo continúan con esta actividad 25 de ellas, seis de la cuales cuentan con documentos, y que como veremos en las próximas líneas la decisión ha estado orillada por la dificultad que implica el cruce de la frontera sin documentos, tanto por parte del gobierno norteamericano como por la violencia del crimen organizado.

Los cambios que el proceso migratorio ha tenido podemos encontrarlos también, en los relatos de quienes han participado en dicha actividad. Así, por ejemplo, quienes se fueron por única vez a finales de los 70s o principios de los 90s con la intención de construir una vivienda, se fueron indocumentados y cruzaron con la ayuda de un coyote, el cruce de la frontera les pareció “sencillo” y permanecieron allá solo el tiempo necesario para terminar la construcción de la casa, la mayoría de ellos son hombres que al momento de la investigación tenían alrededor de 60 años y que fue la única vez que decidieron irse.

Tenemos el caso del sr. Eulogio de 66 años de edad, quien se fue por primera vez en 1977 y que después de este realizó 4 viajes más, la duración de estos dependió mucho del empleo en el que se encontraba inserto pues trabajó de vaquero, jardinero, lavaplatos, mesero, cocinero, entre otros y no volvió a irse después del 2001 por cuestiones de salud. Don Eulogio tiene 9 hijos, 3 mujeres y 6 hombres de los cuales 2 se encuentran en el otro lado con visas, trabajando en el roofing –colocación de techos– y uno más que esta como indocumentado y trabaja en lo mismo que sus hermanos. Para don Eulogio pasar la frontera era sencillo en esas épocas y lo que lo motivo a irse fue la cuestión económica y las ganas de construir su casa.10

Por su parte el sr. Basilio, quien fuera delegado del rancho hasta la primera mitad de 2016, de 45 años al momento de la entrevista, a pesar de que él nunca se quiso ir a los Estados Unidos, considera que la mayoría del rancho se iban o se van por cuestiones económicas, pero también porque escuchan las historias exitosas de unos cuantos y todos quieren probar suerte. Ha notado cambios en los últimos años, él considera que se debe a que hay mayores oportunidades laborales, tanto en la cabecera municipal como en Querétaro, pero también por el incremento de los costos para cruzar la frontera, para él lo anterior se debe tanto al aumento de la seguridad por parte del gobierno norteamericano, como por el incremento de la violencia por parte del crimen organizado11 como lo mencionaremos más adelante.

La mayoría de los migrantes en Corralejo son indocumentados, hubo algunos que participaron del programa de amnistía en los 80s, pero fueron la minoría –no se encontraron más que 10 en los cuestionarios y entrevistas–. Este tipo de migración como ya se ha mencionado determina no sólo el tiempo de la estancia, sino que abona una serie de nuevos peligros no sólo por los cambios en las leyes antiinmigratorias norteamericanas, sino más recientemente ante el incremento de las acciones que el crimen organizado desarrolla en la frontera norte. El impacto de dichos cambios se manifiesta, por ejemplo, en el costo del cruce de la frontera, la mayoría de quienes pasan sin documentos contratan los servicios de quienes se conocen como coyotes para ayudarlos a cruzar, y trasladarlos una vez en Estados Unidos a su destino final. En Corralejo los coyotes son amigos, familiares o conocidos que se dedican a la actividad por los beneficios económicos que trae y hasta principios del 2000 por la aparente “facilidad” de realizarlo. De acuerdo con Daniel12, con 30 años al 2016, y otros entrevistados el costo del coyote solía ser de 900 dólares hasta el 2007, esto solo incluía el cruce de la frontera que se hacía a pie por el desierto y los instalaban en el otro lado en una casa de seguridad a donde los familiares y/o conocidos iban a recogerlos. Los costos del traslado del rancho a la frontera los cubría cada uno de los que iban y los viajes se hacían con un mínimo de 8 personas y un máximo de 20 la mayoría de ellos del rancho o de comunidades cercanas. Las posibilidades de cruzar eran elevadas la mayoría de quienes se fueron en estas fechas pasaron al primer intento.

También, hay quienes como el papá de Angélica13, una de las entrevistadas, que se va desde la década de los 80s, y que tuvo la oportunidad de legalizar su situación, pero no lo hizo por no pagar impuestos sobre su trabajo. Se dedica al negocio del roofing, y sus estancias han venido variando, la mayoría de las ocasiones se iba por un año o año y medio y regresaba un par de meses a visitar a la familia, la última vez se fue en febrero de 2015, y no sabe cuándo va a regresar, pues además de que por su edad lo considera ya complicado, tiene 62 años, por lo que hemos mencionado, ha decidió quedarse haya el mayor tiempo posible para juntar dinero y poder retirarse: pues si regresa, quien sabe si pueda volver a cruzar14.

Ahora bien, la guerra contra el narcotráfico impacto en dos direcciones el flujo migratorio. Por un lado, llevó a la militarización de la frontera norte tanto en el lado mexicano como en Estados Unidos, que hizo más complicado el paso sin documento y, por otro lado, incremento la actividad criminal que se desarrolla en la zona, afectando de manera importante el cruce y la seguridad de los migrantes. Si bien es cierto que aún es difícil medir el impacto de dichas actividades en los flujos migratorios, si podemos aportar a la discusión a partir de los cambios que se dan en Corralejo.

Daniel, se fue por primera vez en 2004 con su primo Luís, quien se dedicaba a pasar gente, y para quien en esa ocasión le pareció que fue sencillo no sólo llegar a la frontera, sino cruzar, y encontrarse en el otro lado con sus familiares que ya le habían conseguido trabajo, un lugar para quedarse, etc. Eso lo llevó a decidir regresarse en invierno cuando no tenía trabajo allá y más adelante intentó en dos ocasiones cruzar durante el 2007, en ambas no sólo no lo logró, pues el incremento de la seguridad en el lado americano les impidió llegar, sino además vivió de primera mano las amenazas y la extorción por parte del crimen organizado. Quienes se identificaron como integrantes del cartel de los zetas, interceptaron al grupo demandando la cantidad de 1000 dólares –por persona– por derecho de tránsito, lo que no solo retraso su cruce un par de días, en lo que conseguían el dinero, sino que al final no lograron cruzar. El costo del coyote pasó de 900 dólares que cobraban hasta el 2007 a 5 000 que cobran en 2016, y ese pago no garantiza su seguridad, pues para poder llegar a la frontera norte hay que pagar cuotas a los zetas y otros grupos delincuenciales, en retenes que tienen en las rutas de los migrantes, y una vez en la frontera para cruzar se tiene que pagar permiso de tránsito, lo que como hemos mencionado no garantiza ni la seguridad, ni que no vayan a ser detenidos por la patrulla fronteriza.

Por su parte, Luís el primo de Daniel, con 33 años para 2016, quien decidiera migrar indocumentadamente a los 16 años por primera vez, realizó el viaje con su papá y sus hermanos, llegó a Texas en donde estuvo trabajando por dos años. Allá conoció a quienes se dedican a pasar gente: los coyotes o polleros, que lo invitaron a ser parte del negocio, le enseñaron los caminos y veredas para cruzar. Al cumplir 21 años decidió dedicarse al negocio de cruzar gente, y lo realizó por tres años, eran un grupo de cinco integrantes, las ganancias se dividían en partes iguales, cruzaban caminando por diferentes veredas, una vez del otro lado de la frontera los llevaban a una casa de seguridad a bañarse y a comer, de ahí llamaban a sus familiares o quienes fueran a recogerlos. En total realizó 24 viajes, cruzaban en la zona que comprende las ciudades de Laredo y Piedras Negras, los viajes los realizaban los meses de enero, marzo y abril, pues como cruzaban el desierto en esas fechas el calor no es tan fuerte.

Cada viaje se hacía con grupos de 15 a 20 personas, la mayoría de ellas provenían de Corralejo o de los alrededores, la mayoría hombres de todas las edades. Aunque llegó a pasar muchachas en algunas ocasiones y señores mayores a los que se les advertía que tenían que caminar por tres días y tres noches (citado en Guevara, 2019). De los viajes que realizó fue detenido por los agentes migratorios en Estados Unidos en dos ocasiones, el acuerdo es que si los atrapan no pueden decir quién los lleva. En la primera ocasión fue deportado y en la segunda fue encarcelado por un periodo de treinta días, al cumplir la condena fue notificado que de ser agarrado tratando de cruzar la frontera sin documentos una vez más, pasaría por lo menos un año en la cárcel. Lo que lo llevó a tomar la decisión de no cruzar de nuevo, pues no quiso arriesgarse dado que, como él menciona: “es cada vez más difícil cruzar por tanta seguridad que hay”.

Encontramos también a Antonio Reyna de 39 años, para 2016, quien estuvo por nueve años en Estados Unidos, se fue por la necesidad al no tener un empleo que le permitiera construir su casa. Cruzó con un conocido del lugar y la última vez que se fue en el 2009, pagó 1,300 dólares y estuvo allá por cinco años. Para él, la situación ha cambiado mucho no sólo porque ya tiene un empleo que le permite mantener a su familia, lo que evita que se vaya, sino porque además la seguridad en la frontera no es la misma, sobre todo en el lado mexicano, con los cárteles y la violencia. Aunque a él no le tocó vivirlo si ha escuchado de casos en que los roban y no les permiten el cruce. De igual manera, Basilio y Eulogio consideran que los costos del cruce de la frontera han incrementado indiscriminadamente por causa de los grupos delincuenciales que cobran por el derecho al cruce, pero también ponen en riesgo la vida de quienes intentan cruzar sin documentos la frontera.

Existen rumores que no han sido comprobados de migrantes que salieron de otras comunidades de San Miguel de Allende, para cruzar la frontera sin documentos y cuyo paradero se desconoce, por lo que los familiares se inclinan a creer que fueron secuestrados por los narcos y muy posiblemente asesinados. No se ha podido comprobar la hipótesis pero es cierto que hasta ahora se desconoce el paradero de muchos migrantes que salieron con la ilusión de cruzar la frontera para poder dar una mejor vida y una esperanza de futuro a los suyos. Es evidente que esto permanece en el imaginario común y lleva a muchos jóvenes y adultos a no migrar ante la incertidumbre de que les pueda suceder en el intento.

Así vemos como los cambios en la seguridad de la frontera y el incremento de la violencia por parte del crimen organizado, han modificado no sólo la temporalidad de las estancias, sino las rutas y las formas de cruzar. Daniel y Luís no fueron los únicos entrevistados que se han enfrentado a los problemas de la frontera, pero es cierto que dichos problemas han tenido un impacto incluso en la decisión de migrar para quienes viven en Corralejo.

 

Conclusión

La migración, particularmente la binacional indocumentada, ha tenido una larga historia en el México rural, que se ha visto modificada por los avatares políticos, económicos y socioculturales que se dan en ambos lados de la frontera. Si bien es cierto, que aún hace falta trabajo de campo que permita medir el impacto, sobre todo el del crimen organizado, en este fenómeno, Corralejo es un ejemplo de los cambios que se han dado en las formas de migrar y que han sido orillados tanto por el recrudecimiento de las leyes antiinmigratorias estadounidenses, como por la ola de violencia por parte del crimen organizado. Dichos cambios se ven reflejados tanto en quienes se quedan como en quienes se van. Entre otras cosas, como ya se mencionó cambia la temporalidad, pues las estancias cada vez son más largas, por el incremento en la seguridad que genera incertidumbre sobre la posibilidad de lograr cruzar la frontera. Además de los altos costos de los coyotes. Por su parte os jóvenes consideran que es cada vez más complicado migrar, por lo que están en una constante búsqueda por opciones locales, lo mismo para quienes migraron en algún momento y decidieron regresar.

Es importante resaltar que los cambios en las leyes anti-inmigratorias y el crimen organizado no son los únicos factores que han determinado el cambio en el flujo migratorio, sino que el crecimiento económico local-regional ha tenido también un impacto en la migración de los habitantes de Corralejo, particularmente el crecimiento industrial de la ciudad de Querétaro y sus alrededores que ha facilitado que el mercado laboral ofrezca otras posibilidades de empleo y con ello el cambio en la decisión de migrar. Sigue siendo un mercado laboral diferenciado por género, las mujeres cuentan con ofertas laborales en la cabecera municipal como empleadas domésticas y los hombres en las rancherías cercanas o en las fábricas como obreros, aunque son cada vez más las mujeres que se incorporan a la industria. Se busca abonar a la discusión de que la decisión de migrar no sólo depende de la situación económica de las familias, a pesar de las nuevas oportunidades laborales, sino de las condiciones de violencia a las que se enfrentan los que deciden hacerlo, no sólo con la ilegalización del cruce indocumentado, sino con el incremento de la actividad criminal en la frontera norte.

La migración indocumentada al norte fue siempre un elemento de riesgo para quienes se aventuraban en ella, pero este nunca estuvo tan latente como en los últimos diez años, pues ya no sólo se arriesgan a morir ahogados en el río o deshidratados en el desierto, sino a ser secuestrados, mutilados u obligados a traficar droga o participar en el comercio sexual, las vivencias se acumulan y en ellas la frustración de quienes tienen que cambiar su decisión ante la imposibilidad de realizar el anhelado “sueño americano” que ha había mantenido a las poblaciones rurales a flote en un mundo desarrollado que sigue marginándolos.

 

REFERENCIAS CONSULTADAS

Entrevistas (fuentes primarias)

Murillo, Basilio, Delegado, Corralejo, entrevista 07 de septiembre 2015.

Daniel Campos, Profesor universitario, director de Preescolar y migrante, Corralejo, entrevista 01 de abril de 2016.

Angélica Reyna, Empleada doméstica e hija de migrante, Corralejo, entrevista 28 de agosto de 2015

Elogio Sánchez, Conserje de la Iglesia y migrante, Corralejo, entrevista 30 de marzo de 2016.

Juan Antonio Reyna, jardinero y migrante, Corralejo, entrevista 07 de enero de 2016.

Luís, coyote y actualmente mecánico, Corralejo, entrevista 29 de marzo de 2016.

 

BIBLIOGRAFÍA

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Guevara, I. (2019). Antes nos íbamos por necesidad… ahora nos detiene el miedo. Disminución de la migración y migración de retorno en Corralejo, SMA, Guanajuato, Mex. En K.G., Muñoz, H., Cuevas y J. Morales (Comp.) Manifestaciones políticas. Desde la movilización y os espacios de poder cultural, (pp. 233-262). Colombia: Universidad Santiago de Cali, FUP.

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Notas de periódico

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1 Universidad Autónoma de Querétaro, Querétaro, México, Mail: ilithya.guevara@uaq.mx

2 Este artículo fue elaborado gracias a la beca posdoctoral de CONACyT 2015-2017.

3 Rancho es una categoría utilizada localmente para referir a una población rural cuyos habitantes tienen actividades diversas, no necesariamente relacionadas con la actividad agrícola.

4 Los medieros fueron una de las figuras más importantes en tiempos de las haciendas en México, se les denominaba de esta manera porque arrendaban la tierra para el cultivo de las haciendas, junto con esta se les podía otorgar la semilla y los insumos para producción, ellos ponían la mano de obra, y el cultivo era dividido en partes iguales entre el mediero y el patrón –a medias–, los acuerdos cambiaban dependiendo de la región y los dueños de la tierra, y es una figura que al menos en la zona estudiada prevaleció hasta la segunda mitad de siglo pasado pues posibilitaba que las tierras se siguieran trabajando.

5 “[…] el reclutamiento, transporte, compra, venta, traslado, albergue o recepción de personas mediante amenazas, uso de violencia, secuestro, fraude, engaño, coerción (incluido el abuso de autoridad) o servidumbre por deudas, con el propósito de colocar o retener a dicha persona, ya sea de manera remunerada o no, en trabajos forzados o realizando prácticas semejantes a la esclavitud, en una comunidad distinta a la habitaba en el momento del acto que origino su captación” (Jiménez y Moreno, 2006, p. 104)

6 Que se ha manifestado en las diversas investigaciones de autores como: Alonso, 2012, Ariza y Velasco, 2015, Canton de Grammont, 2009, D’Aubeterre, 2007, Durand, 2000, Durand, Massey, Pren, 2009, González, 2009, Massey, et al, 2006, París, 2012; Pimienta y Zanabria, 2002, Spener, 2018; Slack y Whiteford, 2010, Durand, Massey, Pren, 2009. Entre otros.

7 “coyote” es una denominación popular que se ha dado a aquellas personas que se dedican a cruzar gente a través de las fronteras de manera indocumentada por un determinado precio, también se conocen como “polleros”.

8 De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda de Instituto Nacional de Geografía y Estadística levantado en el 2010. Información recopilada del sitio web www.inegi.gob.mx (23-04-2016)

9 Se considera como familia nuclear aquellas que están compuestas por dos generaciones, que pueden ser papá-mamá e hijos/as, madre e hijos/as o padre e hijos/as, cuando más de dos generaciones habitan en la misma vivienda también se les ha denominado familias extensas.

10 Fragmentos de entrevista Corralejo octubre de 2015 y marzo de 2016.

11 Fragmento de entrevista Corralejo septiembre de 2015.

12 Fragmento de entrevista, Corralejo, 01 de abril de 2016.

13 Fragmento de entrevista, Corralejo 13 de abril de 2016.

14 A pesar de que la investigación ha concluido, aún mantengo contacto con Angélica y su papá regreso en noviembre de 2018 y ha decido quedarse en el rancho.